domingo, 13 de septiembre de 2009

REVERSOS Y ANVERSOS

Tu espalda
puede encarnar
la ternura celestial
del más bello de los romances
que pueda inscribir tinta alguna
en dorsal poema.

Si estás de vuelta
sólo se inicia una entrada,
sólo se avizora un retorno
a la magia de los sueños
de mis manos que te abrazan.

El contorno de tus hombros
que descienden por cervical ladera,
esculpida con magnífica destreza,
todavía atesoran un secreto:

Tu prospecto,
mujer,
desaparece
cuando el diáfano espectro,
cuando la sombra de tu revés augura
que te estás volviendo
y te ciernes de frente
ante al brillo obnubilado de mis ojos
de vos
flagrantes y ardientes.

Nada puede hacer
el misterio crepuscular
de tu dorso
contra la belleza abismal
del amanecer radiante
de tu alma
de frente.

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